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Medicina de precisión

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Medicina de precisión en la artrosis de rodilla

La medicina de precisión representa un cambio de paradigma en el tratamiento de la artrosis de rodilla, alejándose de un enfoque único para todos los pacientes y avanzando hacia estrategias terapéuticas personalizadas basadas en las características específicas de cada individuo. Este enfoque permite no solo mejorar los resultados clínicos, sino también optimizar los recursos y minimizar los efectos adversos.

¿Qué es la medicina de precisión en la artrosis de rodilla?

La medicina de precisión se basa en la integración de múltiples datos individuales, como genética, biomarcadores, fenotipos clínicos y factores de riesgo, para adaptar el diagnóstico, el pronóstico y las intervenciones terapéuticas a las necesidades específicas de cada paciente.

En el contexto de la artrosis de rodilla, esta aproximación tiene como objetivos principales:

  • Diagnóstico temprano y preciso: Identificar pacientes en riesgo antes de que aparezcan síntomas o signos radiográficos evidentes.
  • Clasificación personalizada: Dividir a los pacientes en fenotipos específicos para guiar las intervenciones.
  • Tratamientos personalizados: Seleccionar las terapias más efectivas para cada perfil clínico.

Componentes clave de la medicina de precisión en la artrosis de rodilla:

Biomarcadores

Los biomarcadores son herramientas fundamentales en la medicina de precisión. En la artrosis de rodilla, estos pueden ser moleculares, genéticos, imagenológicos o bioquímicos, y se dividen en diferentes categorías:

Identificación de fenotipos

La artrosis de rodilla puede clasificarse en diferentes fenotipos (mecánico, inflamatorio, metabólico, neuropático, postraumático, entre otros) basándose en sus causas y mecanismos subyacentes. Esta clasificación permite adaptar el tratamiento de manera más efectiva. Por ejemplo: En pacientes con un fenotipo metabólico, el manejo del síndrome metabólico puede ser más prioritario que la intervención articular directa.

En pacientes con un fenotipo inflamatorio, el control de la inflamación crónica puede reducir la progresión del daño estructural.

Genómica y epigenómica

La genética juega un papel clave en la predisposición a desarrollar artrosis de rodilla y su progresión. Los estudios genómicos han identificado variaciones en genes relacionados con el colágeno, la inflamación y el metabolismo óseo.

Imágenes avanzadas

La resonancia magnética y la ecografía articular están revolucionando el diagnóstico y seguimiento de la artrosis de rodilla en la medicina de precisión. Estas herramientas permiten identificar cambios en el cartílago, hueso subcondral y membrana sinovial antes de que sean evidentes en las radiografías y evaluar características específicas como derrames articulares, engrosamiento sinovial o microfracturas en el hueso subcondral.

Modelos pronósticos basados en inteligencia artificial

El uso de inteligencia artificial en la artrosis de rodilla está permitiendo desarrollar modelos que integran datos clínicos, biomarcadores y de imágenes para:

  • Predecir la progresión de la enfermedad.
  • Identificar patrones ocultos que no son evidentes mediante análisis tradicionales.

Un enfoque personalizado para comprender la enfermedad

Cada paciente experimenta la artrosis de una manera única. Este conocimiento, impulsado por los avances en medicina personalizada y medicina de precisión.

La artrosis no es una sola enfermedad

Durante décadas, se consideraba que la artrosis era un proceso “degenerativo” inevitable asociado al envejecimiento. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que la artrosis es mucho más compleja y puede dividirse en subtipos, conocidos como fenotipos y endotipos:

  • Fenotipos: Son las manifestaciones visibles y observables de la enfermedad. Algunos pacientes desarrollan artrosis asociada al sobrepeso (fenotipo metabólico), mientras que otros presentan daño articular vinculado a lesiones deportivas previas (fenotipo poslesional).
  • Endotipos: Representan los mecanismos biológicos subyacentes de la enfermedad. Por ejemplo, algunos pacientes tienen un proceso inflamatorio más marcado, mientras que otros presentan una degradación puramente mecánica del cartílago.

Esta diferenciación es fundamental, ya que nos ayuda a comprender por qué dos personas con un diagnóstico de artrosis de rodilla pueden experimentar síntomas, progresión y respuesta a tratamientos completamente diferentes.

¿Qué influye en la aparición de la artrosis de rodilla?

Factores mecánicos: la importancia del desgaste físico

La rodilla es una articulación clave en el cuerpo humano, capaz de soportar grandes cargas durante el movimiento. Sin embargo, ciertos factores aumentan el riesgo de daño articular:

  • Obesidad: Cada kilo extra de peso corporal genera una presión adicional significativa sobre la rodilla, especialmente durante actividades como subir escaleras o caminar. Además, el tejido adiposo no solo actúa como una carga mecánica, sino que también produce sustancias inflamatorias (adipocinas) que aceleran el deterioro del cartílago.
  • Microtraumas repetitivos: Deportistas y personas que practican actividades de alto impacto, como correr largas distancias o deportes que implican saltos o giros bruscos (baloncesto, fútbol), pueden desarrollar microlesiones acumulativas en los meniscos, el cartílago y los ligamentos. Estas lesiones, aunque pequeñas, generan un desgaste progresivo que puede desembocar en artrosis.

Factores metabólicos e inflamatorios

En algunos pacientes, la artrosis no es solo una enfermedad “mecánica”. Los procesos inflamatorios de bajo grado —a menudo asociados a la obesidad o al síndrome metabólico— juegan un papel importante en la progresión de la enfermedad. Esto significa que las personas con un desequilibrio metabólico pueden experimentar una degradación acelerada del cartílago debido a un entorno inflamatorio constante.

Factores genéticos y predisposición individual

La genética también tiene un papel relevante en la artrosis de rodilla. Estudios han identificado ciertos genes relacionados con la calidad del cartílago, la inflamación y la regeneración tisular que pueden predisponer a algunas personas a desarrollar la enfermedad más temprano o de forma más agresiva. Si tienes antecedentes familiares de artrosis, esto podría aumentar tu riesgo.

Factores anatómicos y traumáticos

Lesiones previas de rodilla, como roturas de meniscos o ligamentos, alteran la biomecánica normal de la articulación y aumentan la probabilidad de desarrollar artrosis (fenotipo poslesional). Además, ciertas deformidades anatómicas, como el genu varo (“piernas en arco”) o el genu valgo, también generan un desgaste desigual del cartílago.

Un diagnóstico que marca la diferencia

Para comprender la artrosis de rodilla y ofrecer una orientación precisa, es esencial realizar un diagnóstico personalizado, que va más allá de confirmar la presencia de la enfermedad. Este diagnóstico incluye:

  1. Evaluación clínica detallada
    • No todas las rodillas doloridas tienen artrosis, y no toda artrosis progresa de la misma forma. Un examen completo debe considerar factores como el tipo de dolor, la presencia de rigidez, el historial de lesiones y el impacto en las actividades diarias.
  1. Exploración física específica
    • La alineación de la rodilla (variante en varo o valgo), los derrames articulares, la movilidad y la estabilidad ligamentosa son elementos clave para identificar no solo la artrosis, sino también sus posibles desencadenantes.
  1. Pruebas de imagen avanzadas
    • Radiografías: Son el estándar inicial y permiten observar el estrechamiento del espacio articular, la formación de osteofitos y otros signos característicos.
    • Resonancia Magnética: Es esencial para evaluar el estado del cartílago, los meniscos y los ligamentos, especialmente en etapas tempranas o cuando se sospechan lesiones asociadas.
  1. Biomarcadores y genética
    • Aunque aún no forman parte del diagnóstico de rutina, las investigaciones están avanzando hacia la identificación de biomarcadores líquidos (sustancias detectables en sangre o líquido sinovial) que permitan predecir la progresión de la enfermedad o identificar los subtipos más agresivos.
    • Los estudios genéticos también ofrecen una perspectiva futura para identificar personas con mayor predisposición a desarrollar artrosis.

La importancia de un enfoque personalizado

Entender la artrosis de rodilla como una condición multifacética y heterogénea transforma la manera en que abordamos su diagnóstico y manejo. Identificar el fenotipo y el endotipo de cada paciente no solo permite comprender mejor el origen del problema, sino que también abre la puerta a intervenciones más dirigidas y efectivas.

Por ejemplo, una persona con sobrepeso y un fenotipo metabólico inflamatorio puede beneficiarse más de estrategias que combatan la inflamación sistémica, mientras que un deportista con un fenotipo poslesional requerirá un enfoque distinto, centrado en proteger el cartílago restante y restaurar la biomecánica articular.